Tanto si iniciaste tu negocio como freelancer ayer como si lo hiciste hace años, pueden rondarte la cabeza estos pensamientos tan molestos: ¿Realmente tengo lo que hay que tener? ¿Me he ganado el éxito? Te topas con un montón de publicaciones de compañeros y amigos autofelicitándose y anunciando sus promociones en LinkedIn o mostrando sus últimos premios en Instagram. Se les ve muy realizados y tú no tienes ningún tipo de duda de que se han labrado sus logros a pulso. Pero cuando se trata de tus propios logros, no lo tienes tan claro.
Apostar por uno mismo como freelancer
El síndrome del impostor existe. Así es como se aborda.
Esta falta de confianza es tan generalizada que incluso tiene un nombre: síndrome del impostor. Muchos trabajadores pueden experimentarlo de diferentes maneras y en diferentes grados, desde aspirantes a freelancers hasta ejecutivos de alta dirección. Pero Valerie Young, cofundadora del Instituto del Síndrome del Impostor, lo ha dividido en estos cinco arquetipos:
- El perfeccionista, para quien un solo error equivale a un mal trabajo
- El experto, para quien incluso una pequeña brecha de conocimiento genera sentimientos de ineptitud
- El solista, que cree que necesitar ayuda es un signo de debilidad
- El superhumano, que siente que necesita destacar en cada cosa que haga
- El genio natural, que se desanima cuando no domina inmediatamente un tema
Si te sientes incapaz o ansioso por que se descubra que eres un "fraude", puede que estés experimentando el síndrome del impostor. Este sentimiento puede ser tan generalizado e incapacitante que es posible que rechaces trabajos para los que estás perfectamente cualificado, le cedas el crédito a otros por tu trabajo o aceptes tarifas más bajas de lo que te mereces.
En nuestro informe comparativo de Mailchimp & Co de 2022, encuestamos a más de 2.000 agencias y freelancers y descubrimos que los freelancers que facturaron de más de 50.000 USD afirmaron que se sentían más seguros y menos estresados. Es posible que desarrollar la confianza, un paso fundamental para abordar el síndrome del impostor, no sea solo una manera de reducir el estrés y las dudas sobre uno mismo, sino que también es una parte integral de la construcción de tu negocio.
Debido a que no hay una experiencia única del síndrome del impostor, no hay un enfoque único para mantenerlo bajo control, pero ahí fuera hay soluciones. Puedes buscar orientación o asesoramiento, cambiar tu entorno o hábitos, leer sobre temas sobre los que no tienes mucha seguridad o aumentar tu confianza y credenciales con una nueva formación.
En última instancia, la clave para abordar el síndrome del impostor es recordar que, como casi todo, es posible gestionarlo. Estos son algunos consejos que te ayudan a vencerlo, o al menos, a reducir su intensidad.
Encáralo
El primer paso para resolver cualquier problema comienza con identificarlo y reconocerlo. Pregúntate: ¿Mi comportamiento se ajusta al patrón de alguno de los arquetipos de síndrome del impostor enumerados anteriormente? ¿Siento que están a punto de "descubrirme", a pesar de mi experiencia y mis sólidas cualificaciones? Sé sincero contigo mismo, pero mientras lo haces, también sé amable y trátate con respeto. Definitivamente no estás solo.
Sé tu mayor fan
Literalmente. Di en voz alta que tienes todas las habilidades y la experiencia que necesitas para lograr el éxito. Pero hay un truco: dítelo a ti mismo en tercera persona. En un estudio de la Universidad de Míchigan, se pidió a los participantes que dieran un discurso con solo 5 minutos de preparación. Mientras se preparaban, se les pidió a algunos que se tratasen a sí mismos usando "yo" y a otros, como "usted" o por su nombre propio.
Los del primer grupo, los que usaban la primera persona, tenían más probabilidades de autoboicotearse. ("¿Cómo voy a pensar en un discurso en 5 minutos?") Por el contrario, las personas que se referían a sí mismas como "usted" o por sus nombres propios tenían muchas más probabilidades de apoyarse a sí mismas y afirmar su propia valía. ("Bien, Sofía, lo primero que tienes que hacer es hacer una introducción rápida".) Si percibes que estás siendo demasiado duro contigo mismo, intenta mirarte en el espejo para ver si puedes ser más amable con esa persona competente que te está devolviendo la mirada.
Celebra tus victorias
No habrías llegado tan lejos de no haber hecho bien algunas cosas. Has convencido a posibles clientes para que contraten tus servicios, has negociado contratos y te han recompensado con excelentes resultados y momentos de orgullo después de una campaña exitosa. Debes felicitarte con frecuencia. Tu duro trabajo hace que las cosas sucedan, y, aunque eso no debería impedirte darles a los demás lo que merecen, reconocer tus propios esfuerzos también es importante.
Háblalo
No tienes que sufrir en soledad el síndrome del impostor; es más, no debes hacerlo. Hablar con un terapeuta, orientador o coach podría ayudarte a superar el problema. Dado que hasta cuatro de cada cinco personas pueden estar familiarizadas con el síndrome del impostor, es probable que haya casos entre tus compañeros.
Confía
En su versión más extrema, el síndrome del impostor puede consumirte por completo. Cuando es así, es posible que necesites ayuda externa para atajarlo. Pero cuando es algo más suave, puede incluso catalizar el crecimiento. ¿Hay algo en lo que podrías mejorar? Considera realizar un curso, leer un libro de un experto en la materia o hablar con compañeros que se sientan más seguros en esa área en concreto. Obtener una certificación es otra forma de demostrarle al mundo, además de a ti mismo, que estás acreditado para hacer lo que haces. Si aún no lo has hecho, suscríbete a Mailchimp & Co y obtendrás acceso a Mailchimp Academy. Una vez inscrito, podrás obtener tu certificación Foundations. Luego, consigue más insignias obteniendo la certificación en Marketing por correo electrónico y en Automatización del correo electrónico para continuar creciendo.
No sufras
Como hemos visto, aunque puede resultar difícil que el síndrome del impostor se desvanezca por completo, desarrollar confianza en uno mismo puede contribuir a eliminar esos pensamientos tan poco útiles que te hacen dudar de ti y de tus capacidades. Recuerda que es un problema muy habitual, por lo que jamás sientas que tienes que sufrir en silencio (ni sufrir en absoluto, en realidad). Tú puedes.
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