Publicado: 11 de febrero de 2021
Los fundadores de Stretch & Flex, Tim y Michael Sitwell-Mogridge, se encontraron con un problema a principios de 2020, cuando la pandemia de COVID-19 hizo que las empresas de todo el mundo cerraran sus puertas y se hicieran virtuales. Antes de la pandemia, Michael enseñaba Pilates de forma privada y en gimnasios de Londres. "Y entonces llegó el COVID-19", dice Tim. "Michael perdió todo su trabajo en los gimnasios porque cerraron. Y entramos un poco en pánico".
Sin embargo, en lugar de dejarse llevar por una situación difícil, Tim y Michael vieron la oportunidad de convertir sus circunstancias en algo positivo. Los dos habían soñado con abrir un centro de bienestar y estudio juntos, y aunque la pandemia hizo imposible abrir un espacio físico, se dieron cuenta de que podían hacer realidad su sueño llevando su nueva idea de negocio a Internet.
El reto: Empezar
Tim tiene experiencia en el mundo del teatro y el arte, pero rápidamente aprendió sobre las herramientas y técnicas de marketing para ayudar a que Stretch & Flex despegara. En cuestión de semanas, lanzaron un sitio web y empezaron a ofrecer clases virtuales de Pilates dirigidas por Michael.
Tim también creó una cuenta de Mailchimp para facilitar el contacto con sus clientes y, cuando llegó el momento de animar a la gente a inscribirse en las clases, aprovechó el público que Michael había conseguido en Facebook a lo largo de los años. El éxito para esta pareja no tardó en llegar. "Empezamos con Stretch & Flex en línea, con solo 4 clases", dice Tim, "y luego pasamos a 2 días, y ahora hacemos 16 clases a la semana".