Publicado: 11 de febrero de 2021
Muchas pequeñas empresas se pasaron de lo presencial a lo digital en 2020, pero BetterSpaces aprovechó la oportunidad para rediseñar su oferta. Creada a finales de 2016, el equipo de BetterSpaces, formado por 15 personas, ayuda a las empresas a mejorar su cultura corporativa mediante programas de bienestar, eventos para reforzar la comunidad y gestión de servicios como jardines en azoteas y otros espacios para que los empleados puedan disfrutar.
Antes de la pandemia, los clientes de toda la Costa Este utilizaban la aplicación BetterSpaces para acceder a los espacios de ocio, reservar habitaciones o inscribirse en programas como clases de yoga o meditación. Sin embargo, cuando llegó el COVID-19, todos sus clientes tuvieron que cerrar sus espacios y programas de bienestar, y el equipo de BetterSpaces tuvo que encontrar rápidamente nuevas formas de atender a sus clientes.
Atravesar un cambio sin precedentes y volver a imaginar su negocio
En medio de confinamientos y distancia social, BetterSpaces comenzó a utilizar únicamente su aplicación para llegar a su comunidad. A fin de averiguar qué querían los usuarios de la aplicación en su nueva vida, donde trabajaban desde casa, BetterSpaces envió rápidamente encuestas y pidió opinión a sus community managers.
Crearon contenido nuevo basado en lo que su comunidad necesitaba y comenzaron a producir vídeos alojados en la aplicación BetterSpaces.
Además, añadieron 20 clases a la semana por Zoom en directo, sobre temas como dormir mejor o hacer ejercicio en casa. "Una de las ventajas de la pandemia es que ha supuesto un reto creativo. Y eso ha sido, creo, motivador para todos nosotros", dice Janera Soerel, directora de desarrollo empresarial y gestión de clientes.
Según la responsable de marketing, Sarah Lowe, uno de los mayores retos ha sido transformar este tipo de actividades prácticas en cuadrados dentro de una pantalla informática. Para ello, conectan los eventos virtuales con el usuario final enviando con antelación kits temáticos a los empleados, repletos de material para actividades como clases de pintura o catas de vino.