Las limitaciones del correo electrónico suelen ser frustrantes para los diseñadores, pero para Austin Woodall son una fuente de inspiración, tanto que cambiaron su carrera.
"Estudié marketing impreso tradicional", dice Woodall. "El desarrollo era algo que hacía por diversión. Pero gracias a un contrato de trabajo conocí el correo electrónico y me enamoré del medio porque era todo un reto".
La última vez que hablamos con Woodall, nos habló de su interés por explorar los límites del correo electrónico como medio y forma de arte. Para ello, Woodall ha experimentado ampliamente con el correo electrónico interactivo. En la conversación que sigue, habla de los pros y los contras de la interactividad y de por qué lo más importante sigue siendo transmitir el mensaje adecuado.
¿Por qué no es más común el correo electrónico interactivo?
Para los desarrolladores, el correo electrónico interactivo tiene una alta barrera de entrada. Sin duda, es la forma de correo electrónico más difícil. Y con el correo electrónico, no tenemos la comodidad de cosas como JavaScript para potenciar la interactividad. Por eso, cuando se añaden elementos interactivos, hay que recurrir a técnicas complicadas, que son muy fáciles de estropear.
Existen muchas plataformas de correo electrónico que lo presentan de formas muy diferentes. Tienes que ser capaz de tener en cuenta 20 escenarios diferentes. Así que el correo electrónico, y especialmente el interactivo, no es algo en lo que la mayoría de los desarrolladores quieran trabajar.
Pero parece algo a lo que los consumidores responderían bien, ya que gran parte de la web es interactiva.
Uno de los mayores obstáculos de la interactividad en el correo electrónico es que los suscriptores no saben que los elementos son interactivos. La gente está tan acostumbrada a recibir un correo electrónico que no hace nada que no busca ese tipo de interacciones. Para que la interacción sea significativa, se necesita tiempo para enseñar a los usuarios que estos elementos funcionan en sus bandejas de entrada.